¡No lo hubiese creído jamás!

Con esta, mi primera aparición en mi blog oficial de la web de Fishing Import, quisiera agradecer de antemano a todas aquellas personas, pescadores, comerciantes, periodistas, simpatizantes, amigos, familiares… y lo dejo en puntos suspensivos, ya que temo dejarme a alguien, el apoyo que de una forma u otra han prestado para que esta humilde empresa, que nació a partir de la ilusión de un aficionado a la pesca del black bass, y que no fue precisamente en un momento de general alegría económica, haya, no solo podido aguantar el tirón inicial, sino que se ha ido consolidando día a día, a través del esfuerzo y sacrificio de los pocos integrantes de este tinglado. En la actualidad, puedo afirmar, sin pecar de presunción, que hemos conseguido, siendo la empresa española más pequeña de las que se dedican a importar material de pesca de Japón, hacernos un hueco en el mercado español, asomando la cabeza entre los grandes distribuidores y entre los de mayor solera del país.
A todo aquel, que haya aportado su granito de arena para que nuestra empresa siga adelante, una vez más, ¡¡MUCHAS GRACIAS!!
Volviendo al título de esta entrada, no es ninguna majadería el asegurar, que jamás me hubiese creído que hubiese llegado hasta aquí, hasta poder consolidar una empresa dedicada a la venta de algunos de los mejores productos de pesca japoneses.
Si se pretende ser objetivo, no se puede uno hacer una idea de cómo es algo que no conoce, puesto que se corre el riesgo de hacerse una idea equivocada en el 99% de las ocasiones. Lo afirmo por experiencia, puesto que siempre pensé que la pesca era aburrida. Allá por los inicios de los noventa, un compañero de trabajo, aficionado a esta labor y que ocasionalmente la practicaba, después de mucho tiempo insistiendo, consiguió que le acompañase durante una jornada de pesca en el embalse de Mequinenza. Al terminar el día, por mi cabeza se repetía una y otra vez esta frase: “Lo que me he estado perdiendo, y sin saberlo”. Dándole cabida y sentido en este contexto a la palabra “envenenar”, eso es exactamente lo que ocurrió, que volví a casa “Envenenado”. Haciendo un repaso fugaz de lo que ocurrió a partir de ese día hasta la actualidad, mencionaré mis inicios con una Zodiac de tres metros y un Evinrude de 4 HP., pasando por 16 años acampado en un camping a orillas del embalse de Mequinenza, mis inicios en la competición con los sociales del club A.D. Caspe Bass (nombre que tenía el club entonces), la consecución de un Caspe Bass, el patrocinio de algunas marcas comerciales, la oferta de trabajar como comercial para una empresa italiana, desencadenando todo ello en el nacimiento de mi propia empresa.
No me canso de repetirlo: “Si hace veinte años, alguien me dice que hoy esto sería así… ¡¡No lo hubiese creído jamás!!
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