Competición «Jamón-Jamón» (A.D.P.A.N.)

El sábado pasado, mi amigo David Calvo y yo, competimos en el último social del club A.D.P.A.N (Huesca), también llamado Jamón Jamón, porque a los vencedores se les hace entrega de dos jamones.
Después de una dura semana de trabajo a turno de noche, me sonó el despertador a las 4:00 de la mañana… whatsapp a David: «Arriba dormilón»… a lo que contesta: «estoy en la puerta de tu casa»… ¡¡¡Que máquina!!!
Una vez cambiados sus bártulos y aparejos a mi coche, emprendemos viaje.
Hacía tres años que yo no visitaba este embalse, pero David, hacía ya cinco. Por cierto, nos dirigíamos al embalse de «Santa Ana», que alberga las aguas que suelta el embalse de Canelles, procedentes del río Noguera Ribagorzana. Al lugar donde íbamos a competir, sus conocedores le han puesto el apodo de «Santa Infierno», puesto que sus basses son capaces de subirte a la gloria o hundirte en los infiernos.
El viaje se hizo corto, preparando la estrategia, si se puede llamar así, sin haber podido entrar anteriormente en contacto con el medio.
Ya en el agua, se da la salida, y nosotros solo tenemos en mente un lugar al que ir, con una idea clara, un puntal largo, con un gran árbol medio hundido y una profundidad de unos cinco metros. Pensando en ello, veo que nos adelanta otro barco con un motor más grande que el nuesto, y por lo tanto, con mucha más velocidad, y… ¿a que no sabéis donde iba? Pues sí, a «nuestro» puntal. Después de unos momentos de incertidumbre, decidimos quedarnos cerca, vigilando los resultados que pudiese obtener la otra embarcación en competición.
La espera se son hizo eterna, pero después de media hora de ver como lo pescaban, decidieron subir el eléctrico y partir hacia otra zona. Evidentemente, a los pocos segundos, ya estábamos en posición de pescar nuestra anhelada zona.
Estuvimos observando que ellos habían estado pescando a vinilo, pero sin éxito, y decidí pescar en superficie, aunque parecía que la actividad de los peces era inexistente o nula.
Concretamente, coloqué en mi caña un Pulsecod de deps. Lanzé pasado el árbol e hice cinco o seis escandalosos «plop’s», como se hacen en el mar, sin contemplaciones. Lo paré y a partir de ahí entró en acción su sistema de vibración interna, llamado «Micro Vibe System», que hace que el señuelo siga durante unos segundos emitiendo vibraciones. No hacía ni una pizca de aire, y la superficie del agua estaba tan plana como el fondo de un plato. Pude distinguir claramente en el agua los círculos que ese sitema de vibración iba emitiendo… Incluso intenté contar dichos círculos… uno, dos, tres, cuatro, y… ¡¡ya no pude contar ninguno más!!!!
Sin ningún ruido ni chapoteo, el poper desapareció literalmente, hundiéndose hacia el fondo. Esperé ese segundo primordial para esperar a que el bass se llevara el señuelo con toda la confianza del mundo, y… se paró el tiempo.
Cuando clavé vi como la caña hizo una parábola cercana a una «U».¡Grande Pan! ( Que así le llamamos a David los amigos). David, tranquilo pero veloz, recogió el crankbait que estaba utilizando y cuando el bass llegó a las inmediaciones de la embarcación, con una destreza digna de admirar, lo introdujo en la sacadera y lo hizó, para dejarlo a mis pies, pero ya a salvo de cualquier intento de fuga.
2.150 gr. pesó el «angelito».
Tal y como estaba la actividad del día, ese bass nos bastó, en diez horas de competición, para alzarnos con el segundo puesto.
Destacar la genial compañía de David Calvo.
¡¡Grande como persona y como pescador, un ejemplo a seguir!!
Después de varias horas sin picada alguna, se gira hacia mí, se me queda mirando, y muy serio me dice: «Estoy más perdido que la tira del pan Bimbo»… Las risas se oyeron por en todo el embalse.
Y aquí os dejo, en primer plano, al responsable de esta pequeña crónica, el Pulsecod de deps, en color #11-Pound Frog
Saludos, y… ¡hasta la próxima!
Scroll al inicio